El futuro de la asistencia es «opcional en tiempo real».

La opción en tiempo real ahorra tiempo, por lo que no te verás obligado a permanecer atento durante una videoconferencia de una hora de duración.

Integrador comercial, 18 de agosto de 2021

Por

Alyssa Borelli



Lo admito, me inscribo en seminarios web virtuales sin intención de asistir en la fecha programada. Espero a que la grabación llegue a mi bandeja de entrada, donde permanecerá durante días. Estoy seguro de que algunos de nuestros lectores también son culpables de ello.


Echar un vistazo rápido a la transcripción generada automáticamente puede ahorrar tiempo, pero el editor que hay en mí quiere corregirla, pero no puede, así que acabaré adelantando partes de la grabación y esperando captar lo esencial de lo que he contratado.


¿Y si existiera una solución que nos ahorrara tiempo y nos mostrara solo las partes interesantes del seminario web o la reunión? Tuve el placer de entrevistar a Humphrey Chen, director ejecutivo y fundador deCLIPr, para el artículo«Prepararse para un futuro centrado en el teletrabajo... sin agotarse», quien creó una plataforma que creo que muchos de nosotros podríamos utilizar y que necesitamos ahora mismo en este modelo de trabajo híbrido pospandémico que estamos viviendo.


CLIPr utiliza inteligencia artificial y aprendizaje automático para crear un esquema de una presentación, donde puede indexar, transcribir automáticamente e incluso buscar las palabras clave de una reunión que esté buscando. Es casi como si estuviera en la reunión, pero sin estar físicamente presente.


En lugar de tener que asistir a una reunión, ¿qué pasaría si hubiera una casilla de verificación para convertirla en «opcional en tiempo real», que es lo que CLIPr está tratando de hacer? La opción «opcional en tiempo real» ahorra tiempo, por lo que no te ves obligado a participar en una videoconferencia de una hora de duración en la que no puedes apartar la vista. En su lugar, puedes utilizar ese tiempo para centrarte en tus propios objetivos y ponerte al día más tarde con lo que te hayas perdido.


La fatiga por vídeo es real

Todas estas reuniones virtuales nos están agotando. A medida que los protocolos de distanciamiento social nos mantenían separados físicamente, las reuniones virtuales se han disparado y algunos expertos predicen que el trabajo híbrido ha llegado para quedarse. Estudios realizados enStanfordyMicrosofthan demostrado que la fatiga de Zoom es real.


El Laboratorio de Interacciones Humanas Virtuales (VHIL) de Stanford examinó las consecuencias psicológicas de pasar horas al día en plataformas de videoconferencia y encontró cuatro razones por las que nos causa fatiga:


El contacto visual excesivo en primer plano resulta intenso.


La cantidad de contacto visual en las reuniones virtuales aumenta considerablemente en comparación con una reunión normal, en la que uno puede mirar al orador, tomar notas o mirar a otra parte. En las llamadas de Zoom, todos miran a todos al mismo tiempo.


«La ansiedad social que provoca hablar en público es una de las fobias más extendidas entre la población», afirma el profesor Jeremy Bailenson, director fundador del VHIL, en una entrada de blog. «Cuando estás ahí arriba y todo el mundo te mira, es una experiencia muy estresante».


Ver tu imagen constantemente en tiempo real durante las videoconferencias es agotador.

La mayoría de las plataformas de vídeo muestran un cuadrado con lo que se ve en la cámara durante un chat. Bailenson lo comparó con el mundo real: sería como si alguien te siguiera con un espejo, y nadie lo consideraría normal. Bailenson también señaló que, según algunos estudios, cuando te ves a ti mismo, eres más crítico contigo mismo, lo que contribuye a consecuencias emocionales negativas.


Los videochats reducen la movilidad.

La mayoría de las cámaras tienen un campo de visión que no permite moverse con facilidad. El movimiento es muy limitado y resulta antinatural cuando se está cautivo en videoconferencias. «Cada vez hay más investigaciones que indican que cuando las personas se mueven, su rendimiento cognitivo mejora», afirma Bailenson.


La carga cognitiva es mucho mayor en los chats de vídeo.

Nuestro cerebro debe esforzarse más para procesar las videoconferencias. En las interacciones cara a cara habituales, la comunicación no verbal es natural y se interpreta de forma subconsciente. En las videollamadas, hay que intentar interpretar las señales no verbales de los interlocutores. En persona, una mirada de reojo puede significar algo completamente diferente a una mirada de reojo en una videollamada en la que se mira fuera de la pantalla, tal vez a un gato que acaba de entrar en la oficina de casa.


La solución opcional en tiempo real para la fatiga visual provocada por el vídeo

A medida que el vídeo se convierte en un medio predominante para comunicarnos, el cansancio que conlleva es inevitable. No existe una solución clara para el cansancio, pero hay medidas que se pueden tomar, como hacer descansos frecuentes, limitar la duración de las reuniones y aplicar la regla 20/20.


Bailenson recomienda cambios en las plataformas para que resulten más naturales, como el tamaño de la pantalla. En el mundo real, estar muy cerca de otra persona puede considerarse una amenaza. Eliminar la opción de pantalla completa de Zoom y reducir el tamaño de la cara puede ayudar.


En cualquier caso, las reuniones presenciales en la oficina podrían pasar a ser cosa del pasado. Las reuniones presenciales serán más selectivas.


El tiempo es un bien precioso que debemos invertir con prudencia. Si no tuviéramos que pasar horas y horas en reuniones virtuales cada semana, imagina cuánto tiempo ahorraríamos al poder elegir entre el tiempo real y el tiempo opcional.